empecemos por aquí...
¿Qué es un sueño lúcido?
El sueño lúcido es el fenómeno que se produce cuando la conciencia habitual de vigilia irrumpe durante el trascurso de un sueño sin llegar a despertarnos. El soñador experimenta entonces el escenario onírico de una forma inusual e increíble, reconociéndose a sí mismo como creador y espectador de todo aquello que percibe. Una vez manifestado, soñar lúcido despliega progresivamente el potencial creativo, sanador y evolutivo propio de los sueños.
cómo ser soñador lúcido
Los cuatro pilares
Diferentes estudios estiman en un cincuenta por ciento las posibilidades de vivir esta experiencia de forma casual. Pero el estado lúcido entendido como una habilidad aprendida y desarrollada emerge al desarrollar cuatro importantes pilares que constituyen las herramientas imprescindibles para despertar, avanzar y sostenerse en la práctica de la consciencia onírica. Estos son los cambios a implementar en la rutina diaria para incorporar esta nueva visión del sueño a nuestra vida: contenido, actitud, motivación y estrategia : requisitos imprescindibles para atravesar el umbral del sueño con éxito.
¿a dónde queremos llegar?
El test de realidad
Un entorno onírico es un teatro, una farsa creada por el subconsciente en la que nos mantenemos crédulos ante cualquier evento que ocurra. Para atravesar esa puerta y descubrir que lo que estás experimentando no es real debes llegar a formularte una única pregunta (sitúa el ratón o clica con tu dedo sobre cada foto).
¿estoy
en
un
sueño?
Las Posibilidades del sueño lúcido
Párate un momento a pensar en todo lo que podrías hacer si te descubrieras dentro de tu propio sueño. Debo decirte que al principio poca cosa, la propuesta es tan loca en sí misma que lo más probable (y así suele ocurrir) es que el impacto inicial te sacaría del sueño de inmediato. Así que el reto no es sólo inducir que ocurra, sino que también debes aprender a sostenerlo.
Desde un estado lúcido es posible controlar las acciones y el entorno del sueño, lo que se revela como un potencial considerable para la creatividad, la terapia y el desarrollo personal.
En el marco de la creatividad puede convertirse es una valiosa herramienta para generar situaciones o resolver problemas, porque permite experimentar libremente con múltiples ideas y posibilidades sin las limitaciones de la realidad. Esto conduce a nuevos descubrimientos e insights creativos, en los que un artista utiliza el sueño lúcido para experimentar con nuevos estilos y técnicas, un científico explora la solución a un problema en su campo y un escritor se inspira inspirarse y resuelve su historia de una forma más creativa.
La ciencia ya reconoce el fenómeno e investiga en la actualidad sobre su increíble potencial para tratar una gran variedad de problemas psicológicos, como el estrés, la ansiedad y la depresión. El soñador encara sus miedos y traumas de una manera segura y controlada en el marco de un sueño. Esto ayuda a la persona a superar estos problemas y a mejorar su salud mental. En la ansiedad se utiliza para enfrentar los miedos y aprender controlarlos. En la depresión para explorar las emociones y encontrar nuevas formas de afrontarlas. En el terreno del desarrollo personal mejora la autoestima, la confianza y la autocomprensión.
Experimentar nuevas posibilidades y aprender sobre uno mismo es sin duda el objetivo de los sueños. Pero hacerlo además estableciendo comunicación directa con el subconsciente (el rey del campo onírico) ayuda a crecer, desarrollarse y evolucionar en el autoconocimiento, explorando nuestras las fortalezas y debilidades desde una posición privilegiada.
En definitiva, el sueño lúcido es una fascinante capacidad al alcance de todos y con el potencial de mejorar la vida de las personas en multitud de de formas.
¿Qué pasa si no tengo sueños?
La ausencia de sueños se describe como una parasomnia, una patología específica asociada al ciclo del sueño, pero esto es muy infrecuente. Así que lo más probable es que sí los tengas pero no tienes facilidad para recordarlos o bien los recuerdas vagamente. Esto tiene fácil solución y está contemplado como una posibilidad dentro del método. El estudio de tus ciclos de sueño te permitirá en poco tiempo no sólo fortalecer su recuerdo sino también aumentarán la intensidad y el nivel de detalle, te sorprenderás de ser capaz de describir y transcribir más de cinco sueños cada noche, que van a convertirse en el primer material de estudio para desarrollar y configurar tu propia estrategia.
Sueños
Sin árboles no puede haber bosque, por eso no hay duda: el primer objetivo de un onironauta -explorador de sueños- será aumentar la frecuencia con que se sueña. Deberás soñar cada noche, y mucho. Por una parte eso te facilita material de estudio pero además elevará exponencialmente las posibilidades de alcanzar tu meta. Sin importar si ya los recuerdas o no, el estudio del ciclo personal de sueño es clave para aumentar no sólo su frecuencia, sino también la intensidad y el nivel de detalle del recuerdo que tengas de ellos. Este proceso es sorprendente en sí mismo, pero aún resulta débil frente a nuestra respuesta cerebral al despertarnos. A partir de ese momento el cerebro consciente realiza un barrido, un reseteo en el que acaba en poco tiempo con el acceso al recuerdo, perdiendo en ese proceso más de la mitad de los datos que vuelven al reino del subconsciente. Antes de que eso ocurra deberás registrar en un soporte físico el contenido con todo lujo de detalle, no sólo el de los sueños sino también la información que te proporcionan en el momento de registrarlos. Será el cuaderno de bitácora al que acudir para entender tu mecánica personal y tus signos oníricos más habituales y es el punto de partida sobre el que se cimenta el método.
Atención
La atención y la observación son dos procesos cognitivos que están estrechamente relacionados. La atención nos permite centrarnos en los estímulos relevantes y procesarlos, mientras que la observación es el proceso de examinar algo con atención. Desde el Zen hasta el Mindfullness, todas las disciplinas relacionadas con el crecimiento personal insisten en el desarrollo de la atención plena, porque es ahí donde reside el presente, y el sueño lúcido no es una excepción. Dicho de otra forma, «Allí donde se dirige la atención, fluye tu energía y aparecen los resultados» (T. Harv Eker). Pero en nuestro caso la atención meditativa se transforma además puntualmente en selectiva, en un ritual y sistemático escrutinio de la realidad que nos envuelve, el hábito adquirido que usamos como una piedra de toque para distinguir lo real de lo irreal, lo manifiesto de lo implícito, la vigilia del sueño. Por tanto hay que entender que el sueño lúcido es el resultado de una inducción que se realiza enteramente desde la vigilia a través de la atención.
Constancia
Siempre hay alguien que hace el taller y a los pocos días tiene un sueño lúcido, pero lo habitual es tardar unos meses si se aplican las pautas correctamente. En este punto necesitamos mantener constancia para esperar pacientemente a los resultados. Matizando aún más, de no hacerlo es bien probable que perdamos no sólo el ánimo sino también oportunidades de materializar nuestro deseo de ser lúcidos. La rigurosidad en cada paso es necesaria porque nuestra tendencia natural nos lleva a perder la consciencia durante el sueño. Modificar esta pauta y hacer que el sueño lúcido se perfile como una nueva opción lleva su tiempo. La dinámica del método en sí mismo proporciona satisfacciones en cada paso, y cada una de ellas te motiva para el siguiente hasta alcanzar el objetivo.
Método
El método es la estrategia que une todos los hilos hasta formar una telaraña que atrapa al sueño y lo convierte en consciente.
Para mí es importante poner al Sueño en el lugar que le corresponde por derecho en la Historia. Saber de su importancia en la evolución humana, como algo que nos acompaña desde los albores de la humanidad.
Estudiar sus ciclos, transcribirlos y entender su lenguaje, escenarios y mecánicas proporciona la información y la base de datos sobre la que trabajar.
Desarrollar el hábito de aplicar una nueva forma de atención en la vida diaria, en la que nos detenemos en los pequeños detalles de forma precisa y atenta, acechando ya la espera de que se produzca el acontecimiento que buscamos.
Simultáneamente, poner en práctica las múltiples técnicas de que disponemos hasta descubrir la que mejor se integra con nosotros. Existen prácticas diurnas y nocturnas: no hay una única puerta de acceso al sueño lúcido, sino muchas.
Hecho todo esto, esperar serenamente.
Y un día, simplemente, ocurre.
Hay una zona en la cara anterior de nuestro cerebro denominada lóbulo prefrontal que nos diferencia del resto de especies y que está involucrada en una gran variedad de funciones cognitivas y conductuales, entre ellas las relacionadas con la toma de decisiones, el procesamiento de emociones y motivaciones, el control atencional y la integración de la información sensorial. Durante el sueño se produce una inhibición parcial de esta zona en el córtex cerebral, que se traduce en la imposibilidad de analizar correctamente lo que estamos visualizando. Este es el principal motivo por el que no somos críticos en los sueños, y cualquier cosa que ocurra en ese entorno será obviada sin cuestionar en ningún caso su veracidad.
El test de realidad es una acción que instauramos como un hábito en nuestra rutina diaria con el objetivo de romper esa inhibición primaria. Y es que todos los escenarios oníricos presentan importantes fallos estructurales que inmediatamente delatan en unos segundos lo irreal de lo que estamos viendo al reactivar el lóbulo prefrontal. Hay un momento delicioso en la película de culto onírico «Waking Life» en la que estas dos secuencias (la explicación de el hecho y lo que ocurre al realizarlo) están perfectamente escenificadas.